Pese a su dilatada vida, Dorotea Tanning (Gallesburg, Illinois, USA, 1910-2012) pareció ser siempre fiel al movimiento surrealista que dirigió rígidamente André Breton. Existe, como es lógico, una cierta variación estilística con el paso de los años, pero esta extraordinaria artista se mantuvo siempre fiel a si misma. Esposa de Max Ernst, otro conocido surrealista que comentaré más adelante, no se mantuvo nunca a la saga de éste y era ya muy conocida cuando, en 1942, se unió al mismo. Ese año había presentado un curioso autorretrato:

Birthday, 1942 – Dorotea Tanning
El desnudo, en esta artista no siempre es fácil de ver, pues sus formas, adquieren un caracter bastante abstracto. Existe erotismo en algunas de las mismas, pero éste no tiene el carácter casi obsesivo que se aprecia en muchos surrealistas que pueden llegar a lo considerado pornográfico. Recuerden algunas obras de Óscar Domínguez, de Styrsky, Dalí, … El desnudo siempre lo veremos integrado en un mundo oníroco centrado en su infancia. Si hay que asociarlo al deseo sexual la asociación será muy sutil y personal.
El juego mágico de las flores (izda.) y La habitación del amigo (dcha.) – Dorotea Tanning

Encuentro, 1952 – Dorothea Tanning

Las tres gracias – Dorotea Tanning
Después de contemplar, este fin de semana, la extraordinaria retrospectiva que dedica a Dorotea Tanning el Museo Centro de Arte Reina Sofía, tengo una predilección especial por las obras generadas en los años 60, plena madurez de la artista. En las mismas se aprecia un elevado carácter de abstracción y, según vemos en un documento cinematográfico que presenta el Museo, muchas de estas obras se construyeron dibujando las formas sobre una aplicación de manchas de color previas. La mayoría de las obras que voy a mostrarles son de ese periodo:

Notas para un Apocalipsis – Dorotea Tanning

Retrato de familia – Dorotea Tanning

Mujer – Dorotea Tanning
Pero también, de los años 70 y 80, tenemos obras tan interesantes como las siguientes:

Murmullos – Dorotea Tanning

Desnudo de pié – Dorotea Tanning
Fue una mujer polifacética. Pintora pero también diseñadora, grabadora, cineasta y escultora. Sus «esculturas blandas», resultan verdaderamente destacables.

Canapé en tiempos de lluvia – Dorotea Tanning

Desnudo recostado – Dorotea Tanning

Chambre 202, Hôtel du Pavot, 1970 – Dorotea Tanning