En la segunda mitad del siglo XIX se produjo un hecho muy destacado: la popularización del arte. No sólo se amplió el estrato social al que éste iba dirigido, sino también el relacionado con los propios sujetos representados. Dentro de éste aparece el hombre común, anónimo, sin relevancia política o social. Los primeros pasos en esta línea los da el Realismo, uno de cuyos máximos exponentes fue Courbet, y progresivamente, los retratos de los personajes van saliendo de la rigidez de los estudios para mostrarse inmersos en la naturaleza. La luz adquiere ahora una dimensión diferente, menos efectista y centra todas las investigaciones formales, porque ahora el objetivo artístico es reflejar la realidad tal como la percibimos. Aparece el Impresionismo. Courbet y Monet no están tan alejados. En la evolución (y tomemos este término literalmente, sin darle el significado de progreso) aparecen artistas muy destacados que no podemos asimilar exactamente a ninguno de los movimientos citados, como Manet o Bazille.
Frédéric Bazille (Montpellier, Francia, 1841-1870) es el artista menos conocido de los que acabo de citar. No sólo por ese carácter frontera de su producción sino porque falleció en la guerra franco-prusiana cuando aún no había cumplido los 29 años. En esos pocos años de actividad artística se relacionó tanto con Courbet como con varios impresionistas. Su obra fuertemente realista se desarrolló en gran medida en espacios públicos, con colores luminosos y brillantes. La pieza más conocida es el “Pescador con Red” (1868). Un desnudo realizado con una técnica propia del realismo, pero en un entorno completamente natural. La obra acaparó la atención en la reciente exposición “Masculin/Masculin” realizada por el Musée d’Orsay en 2013, constituyendo su imagen la portada del catálogo.

Pescador con Red – Frédéric Bazille
Otros desnudos a destacar:

Joven desnudo sobre la hierba – Frédéric Bazille

Mujer desnuda de espaldas – Frédéric Bazille

Después del baño – Frédéric Bazille
O esta magnífica obra, conocida como “La toilette”:

El aseo – Frédéric Bazille
Una muestra de esos “estudios” que lo vinculan al realismo son estas dos obras:
En esta última que les muestro, el artista recrea su propio estudio, en el que podemos apreciar algunos de los desnudos vistos anteriormente.

El taller de la calle Condamine – Frédéric Bazille
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