El conde Balthasar Kłossowski de Rola (Balthus) fue un pintor francés de origen polaco que se mantuvo totalmente al margen de las vanguardias artísticas del siglo XX rechazando de un modo directo tanto la abstracción como el surrealismo. Extraordinariamente culto, su vida y su obra tuvo un toque aristocrático y elitista. Sus referencias artísticas hay que buscarlas en el renacimiento y el barroco, especialmente Piero della Francesca y otros pintores primitivos italianos. No nos sorprende, por tanto, ese aspecto de pintura al fresco de muchas de sus obras, o la iluminación de las mismas que recuerda a la pintura flamenca.
En palabras suyas:
«En cierta forma mi pintura habla de un mundo que ya no existe; siento nostalgia de la belleza de otro tiempo. En nuestra época hay una obsesión por la fealdad; es muy difícil expresar la belleza. Detesto lo moderno. Parece que la fealdad ha conquistado todos los rincones del planeta» .
«El artista tiene que ser narcisista en cuanto que tiene que estar enamorado de la belleza»
La imagen, incluso el cliché, de su obra la constituye toda una colección de retratos de jovencitas, niñas o adolescentes, desnudas (la producción del artista no fue muy grande) por lo que algunos lo consideraran una especie de refinado voyeur. Esto es un error. Nuevamente me remito al artículo anterior en el que se citan sus palabras sobre la adolescencia:
«sin duda, la edad más bella e interesante. Encarnan el devenir, el se antes de serlo, la belleza perfecta»
Enrique Castaños en su artículo «El perturbador clasicismo de Balthus» escribió:
«Las adolescentes de Balthus, casi siempre en interiores separados de la realidad exterior, reclinadas o sentadas en posiciones insinuantes, entregadas a la lectura, abandonadas al sueño o simplemente ensimismadas en sus pensamientos, constituyen la mejor prueba del significado último de su pintura: la imposible recuperación del único paraíso perdido en la vida del hombre, a saber, la infancia. Todos estos cuadros de niñas en la edad de la pubertad, lejos de ser el reflejo de un pervertido sexual, son la expresión de una añoranza inalcanzable, un mundo de inocencia y de libertad que no existe en la prosaica realidad contemporánea de los adultos. Por esos estos personajes femeninos, situados en espacios pulcramente ordenados y que semejan a veces ser escenarios teatrales, dejan transcurrir su existencia apartadas del mundo, inmersas en una atmósfera limpia y luminosa donde puede liberarse su imaginación y su fantasía»
El pintor vivía rodeado de gatos a los que tenía un gran afecto que se traduce en su inclusión en varias obras como las que les muestro.
¿Existe un erotismo deliberado y ligado a la infancia en la obra de Balthus? En el año 2008 se prohibió una exposición suya en Essen (Alemania). El periódico alemán Die Zeit calificó las fotografías de la prevista exposición como «documento de lujuria pedófila». Nuevamente le cedo la palabra al pintor según citas de Wikipedia:
«Las niñas son las únicas criaturas que todavía pueden pasar por pequeños seres puros y sin edad. Las jóvenes adolescentes nunca me interesaron más allá de esta idea»
«Las niñas para mí son sencillamente ángeles y en tal sentido su inocente impudor propio de la infancia. Lo morboso se encuentra en otro lado»
El comentario de Die Zeit me parece fuera de lugar y en principio soy partidario de darle la razón a Balthus… pero…me encuentro con la obra «La clase de guitarra 1934«, que ya había sido excluída de una exposición en el George Pompidou, y se me plantean algunas dudas.
En cualquier caso, no cabe duda de que se trata de un extraordinario artista del siglo XX.
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