Larry Rivers (Nueva York, USA, 1923-2002) es el pseudónimo de Yitzroch Loiza Grossberg, hijo de una familia ukraniana inmigrante en los Estados Unidos. Aunque desarrolló numerosas facetas artísticas ( músico, cineasta, actor, escultor…) resulta de especial mención su pintura ya que se le considera como el enlace entre el expresionismo abstracto y el arte pop. Reivindicó la figuración, denostada en aquel momento pero que va adquiriendo un nuevo sentido, como veremos.
En el obituario publicado por The Guardian leemos:
La superficie recién cepillada de sus lienzos y la delicadeza de su dibujo, indican una respuesta cultivada a una amplia gama de experiencias visuales, que incluyen ciertamente el trabajo de Pollock, de Kooning, Guston, Baziotes y la generación de expresionistas abstractos que lo precedieron, pero, más pertinentemente, refleja su encuentro con Bonnard durante una visita a Europa en la década de 1950.
Pero empezamos también a apreciar esa desacralización del objeto pictórico, esa distinción entre realidad y representación, que veremos luego plenamente en Andy Warhol. También una fusión entre pintura y escultura.
La célebre Olimpia de Manet reinterpretada a través de un cambio en la raza de las modelos:
Observen estas dos pinturas. ¿Encuentran alguna diferencia?
Si obviamos las inevitables cambios en las tonalidades debidos a la reproducción fotográfica, la diferencia está en la firma. La primera (a la izquierda) es la “original” de Balthus que lleva por título “la Lección de guitarra”. La segunda está firmada por Larry Rivers y lleva por título “La lección de clítoris”.
Posiblemente, las obras más interesantes son aquellas en las que la imagen pierde su sentido narrativo tradicional para verse reforzado o redefinido por una serie de palabres a modo de diccionario ilustrado de idiomas. Muestro las imágenes de algunas de ellas pero recomiendo encarecidamente , para su interpretación, el siguiente artículo de la Tate.
Finalizo con algunos dibujos:
y su escultura “Yo y mi sombra”