Raúl Soldi (Buenos Aires, Argentina, 1905-1994) fue uno de los artistas argentinos más premiados en su país. Su obra pictórica se gestó en Europa, a donde viajó muy joven. Alemania y, fundamentalmente Italia, lo pusieron en contacto con las vanguardias del momento. Posteriormente desarrolló su trabajo en Argentina y en los Estados Unidos, en donde compaginó la pintura con un trabajo destacado como escenógrafo. Se le considera, fundamentalmente, como un pintor religioso y pintó, por ejemplo un mural en la Basílica de la Concepción en Nazaret. No abundan los desnudos en la pintura de este artista que nos muestra unos rostros femeninos poéticos, con un toque de ensoñación, de irrealidad. Una tendencia simplificadora de formas lo aproximan, al mismo tiempo, a la abstracción.