Cuando convivían en Europa impresionismo, neoimpresionismo y modernismo junto con las emergentes nuevas vanguardias expresionistas y, pronto, los distintos tipos de abstracción; en esa primera década del siglo XX, tiene su máximo apogeo la obra del español Joaquín Sorolla (1863-1923). Hay quien la clasifica como modernista (no logro entenderlo salvo que se refieran al periodo temporal y no al Art Nouveau), como impresionista o como «luminista», un término bastante impreciso. Está claro que estudió bien la obra del Museo del Prado y viajó a París donde conoció a los impresionistas franceses que le influyeron en gran medida aunque logró generar un estilo muy personal.
De su periodo de apogeo es este «Desnudo de mujer», un retrato de su esposa. El cuadro es un claro homenaje a la «Venus del espejo» de Velázquez. Apreciamos, junto al magnífico dibujo del cuerpo femenino, un uso extraordinario del color aplicado como veladuras. La sábanas salmón adquieren una extraordinaria sensualidad. Una colcha, a los pies muestran también sus finas transparencias. Observemos que, muy acorde con las técnicas impresionistas, las sombras son verdes, color complementario del rosa-rojo dominante y que enfatiza, en la parte superior del lienzo, los tonos de las sábanas y del cuerpo de la mujer.
Sin embargo, creo que lo más destacado de la pintura de Sorolla son los niños. Les muestro aquí la pintura «Triste herencia» (1899) en la que se muestra un conjunto de niños enfermos que, asistidos, toman un baño en la playa. La obra es bastante tremendista, contrastándose mucho la oscura figura del clérigo y el propio mar con los cuerpos débiles de los niños. Forma parte de un grupo de obras de concienciación social del autor y que no se parecen mucho a las que posteriormente lo han hecho famoso. La cito porque le valió una Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes, lo que reportó notoriedad al pintor.
Pero creo que, para todos, la figura de Sorolla está ligada a esos niños desnudos que juegan alegres e inconscientes al borde del mar.
Hablar de desnudo infantil parece «políticamente incorrecto» en un momento en que, desgraciadamente, hay que cuidar al máximo la protección de los niños cara a conductas degeneradas. Pero la obra de Sorolla no puede sugerir nada incorrecto. Muestra la alegría despreocupada de la infancia en contacto con el mar y sólo puede sugerir ternura y deseo de protección. Si tuviera que poner una imagen para representar a la infancia dentro del Movimiento Naturista, creo que la buscaría entre las obras de Sorolla.
Las paletadas amplias que muchas veces sólo esbozan las figuras. La fuerte luz del mediterráneo. Los reflejos en el agua, el brillo de la misma sobre los cuerpos tostados al sol de los niños y la extraordinaria naturalidad de sus figuras, son características de este extraordinario pintor valenciano.
La producción de este pintor es enorme. Como último ejemplo vean estos «Niños corriendo en la playa», cuya ingenuidad parece totalmente ajena a la opinión del Museo Meadows de Dallas que, en una exposición sobre el autor programada en el año 2013, retiró de los carteles la imagen del niño desnudo, manteniendo la de las dos niñas, al considerarla inconveniente.
Hola, soy Arturo de http://soy-nudista.es y me gustaría poder publicar en esa revista este artículo y tal vez otros, si así lo deseas, te dejo mi email: arturios arroba gmail punto com
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