

El escocés Ken Currie (North Shields, Northumberland, Reino Unido, 1960) nos presenta una visión sombría del cuerpo humano. Aunque abundan los autorretratos , su obra nos habla de enfermedad y muerte. Un mundo romántico y oscuro en el que el cuerpo humano puede adquirir toques grotescos o transformarse, incluso, en pura carne.


Esa visión del cuerpo no sólo como carne inerte sino como piezas de matadero, adquiere su máxima expresión en sus «Piezas trágicas», que me evocan la obra de Francis Bacon con una técnica artística más realista:


Sin llegar a estas formas extremas, tenemos pinturas como las siguientes:



En muchas ocasiones, su obra parece estar revestida de un toque introspectivo e, incluso, surrealista.






En sus grabados parece primar el carácter expresionista sobre el romántico:


YouTube nos muestre un interesante video sobre este artista en el que el mismo nos revela su estética e intereses