Mario Carreño (La Habana, Cuba, 1913-1999), cubano de nacimiento pero nacionalizado en sus últimos años chileno, nos legó una obra en la que se percibe la fusión de las vanguardias europeas y americanas. Es fruto de una trayectoria vital que se inicia con su formación cubana, seguida de una estancia en España de la que huye con la Guerra Civil para trasladarse a México. En este país tuvo un fuerte contacto con todos sus grandes muralistas (Orozco, Siqueiros, Rivera, Tamayo) y con Frida Kahlo, que dejaron una fuerte impronta en su obra y que apreciamos en la volumetría de sus personajes (algo picassianos). Estancias en Francia, Vuelta a Cuba, luego, los Estados Unidos. Por último falleció en Chile donde vivía con su segunda esposa la artista chilena María Luisa Bermúdez.
Les muestro algunos ejemplos que muestran la diversidad artística de sus pinturas. Realismo, cubismo, surrealismo…, todos estos movimientos dejan su huella en la obra de este artista.