Uno de los últimos prerrafaelitas (o prerrafaelistas), pero también uno de los más destacados, fue Edward Burne-Jones (Birmingham, Reino Unido, 1833-1898). Este movimiento marca un punto de enlace entre el romanticismo y el simbolismo, y posiblemente constituyó una de las aportaciones artísticas más importantes del Reino Unido al arte europeo del siglo XIX. Frente a la artificiosidad, proclaman una vuelta a la naturaleza, siguiendo la tradición romántica, pero ambientada en un pasado tan distante como la Edad Media. Pretendieron una autenticidad, que consideraron que se había perdido con el manierismo, pero apreciaron la obra de los pintores renacentistas previos a Rafael. Cobra importancia el dibujo y la figura humana domina los paisajes románticos. La influencia de la obra de Burne-Jones fue muy grande el el simbolismo francés y él mismo es considerado, en muchas ocasiones, como un simbolista.
