Cuando citamos a Carracci, sin más, solemos referirnos a Annibale Carracci, ya comentado en este blog. Sin embargo, este fue sólo uno de los componentes de una familia que tuvo globalmente una fuerte trascendencia en los inicios del barroco. Podríamos hablar de su primo Ludovico y su hermano Agostino, o de Antonio, hijo natural de este último. Todos ellos tuvieron importancia y no siempre son seguras las asignaciones de sus obras.
Agostino Carracci (Bolonia, Italia, 1557-1602) también se enfrentó al manierismo imperante destacando los colores, las luces y contrastes. Colaboró con su hermano y con su primo en los frescos del Palazzo Fava y Palazzo Magnani.
No cabe duda sobre una amplia colección de obras de carácter erótico, incluso pornográfico, que fueron muy demandadas en la época. Lo apreciamos en muchos óleos y, fundamentalmente, grabados, en los que puso de manifiesto su maestría técnica.
Sin embargo, esta versión del Diluvio Universal – en ocasiones atribuída a este artista – puede corresponder mejor a su hijo Antonio:
Antonio Carracci (Venecia?, Italia, 1583-1618) realizó, en su corta vida, fundamentalmente pintura religiosa. Ambos hechos justifican la práctica ausencia de desnudos en su producción artística.