
Siempre me ha resultado curioso observar que el país que lideró, en los años 50, las vanguardias artísticas, gracias fundamentalmente al expresionismo abstracto y a otras expresiones informalistas, haya mantenido siempre un fuerte apego por el realismo. Un realismo que mira muchas veces a las tradiciones europeas del siglo XIX, pero que también bebe de fuentes locales por ese proceso de permeabilidad cultural, presente en cualquier sociedad. Jeremy Lipking (Santa Mónica, California, USA, 1975) es un gran ejemplo de maestría ligada a esta tradición. Su obra se la muestra asociada a John Singer Sargent, Joaquín Sorolla y Anders Zorn. En algunos retratos aprecio una cierta tendencia hacia el hiperrealismo – aunque sin la dura expresión de la línea habitual de este movimiento – que me llegan a recordar a Takiro Hara.
Aquí les muestro algunos de sus desnudos:










