Si se comenta que una obra que muestra desnudos en actividades sexuales usualmente solitarias -masturbaciones masculinas y femeninas – y se insiste en que no resulta pornográfica, puede parecer que nos gastan una broma o simplemente se trata de un sinsentido. Sin embargo, éste es el comentario que podemos hacer sobre la producción fotográfica de la artista Aneta Bartos (Tomaszow Mazowiecki, Polonia, 1978) afincada en Nueva York. La fotógrafa, considerada en el 2007 como revelación en los Estados Unidos, ha conseguido distinciones tanto en este país como en su Polonia natal y son muy numerosas sus exposiciones en destacadas galerías. En una de las últimas, «Boys», realizada y producida en el Hotel Carlton Arms, expuso una docena de retratos masculinos masturbándose. Su técnica fotográfica, tremendamente pictórica, con imágenes que recuerdan viejos retratos sepias recoloreados, oscurecidos y borrosos, hablan, pese a todo, más de intimidad que de sexo. Una intimidad absoluta, ajena al mundo e impenetrable a cualquier mirada voyeur.








Pero, la figura femenina ha protagonizado igualmente otros momentos íntimos. Mujer sóla o acompañada por otra mujer.









Es sorprendente como trata la intimidad del ser humano en soledad o en pareja. Te hace reflexionar y mirar hacia los adentros de cada uno. La luz y las texturas son espectaculares.
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