El dibujo es una de las técnicas artísticas más antiguas y, en muchas ocasiones, no ha tenido la valoración que merece. Se ha utilizado infinitas veces como esbozo, como apunte rápido que permite plasmar una idea que, posteriorimente, va a traducirse en una obra pictórica o escultórica. Independientemente de la valoración artística que demos a estos dibujos, no constituyen estos un fin en sí mismo. Por eso puede sorprendernos que, pese al auge del hiperrealismo en pintura y escultura en el periodo postmoderno, no abunde el dibujo hiperrealista. Como notable excepción, les presento el caso de Robert L. Schultz (Keokuk, Iowa, USA, 1953) que, aúna su labor de profesor de dibujo en el Madison College, con la de artista. En su obra, extraordinariamente cuidada, la luz adquiere un protagonismo máximo, matizando sutilmente los volúmenes que no se ven sometidos a los dramáticos efectos del claroscuro. Unos dibujos que se encuentran ya presentes en las colecciones de varios museos y entidades privadas.










Una obra genial, insuperable. Enhorabuena.
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