En una entrada previa mostré la importancia de la obra de Foujita en la occidentalización del arte japonés gracias a su «contribución francesa». No fue, sin embargo, el único pintor japonés de la época que viajó a París y se vió fuertemente influenciado por su efervecente mundo artístico. Con anterioridad, en las postrimerías del siglo, Seiki Kuroda, o Kiyoteru Kuroda (Kagoshima, Japón, 1866-1924), de vuelta a su país en 1893, mostró un arte claramente impresionista en cuanto a técnica – en la que se destaca el interés por la pintura al aire libre – luz y colorido. La aceptación de su obra estuvo sometida a una fuerte polémica no sólo porque eran formas ajenas a las tradicionales (el Yöga o estilo occidental) sino por la importancia del desnudo, que atentaba las normas sociales establecidas. Inmerso en estos debatos, creó un grupo artístico denominado Hakubakai. En 1900 finalizó su obra «Sabiduría, Impresión, Sentimiento» que le valió una Medalla de Plata en la Exposición Internacional de París de ese año:

Posteriormente fue adquiriendo renombre nacional e internacional: 1910 (pintor de la Corte Imperial), 1920 (miembro de la Cámara de los Pares) y 1922 (jefe de la Academia Imperial de Bellas Artes).
Les muestro, a continuación, otras obras de este artista:





