Al hilo de la discusión iniciada en mi artículo anterior, sobre la posible difusión de los dibujos eróticos de Giulio Romano destruídos por orden del papa Clemente VII, surge, a principios del siglo XIX, la figura pintoresca de Jean-Frédéric Waldeck (Praga, Chequia, 1766-1875). En su amplia vida se hizo llamar unas veces conde, otras duque o marqués. Jugó con su lugar de nacimiento y, aunque fue un incansable viajero, dijo haber visitado muchos lugares sin que se haya podido constatar su presencia en los mismos. Su obra más conocida es un conjunto de grabados que ilustran el mundo de los mayas y, las supuestas reproducciones de los «I Modi» de Giulio Romano encontrados, según éste, en un convento mexicano destruído luego por el fuego. El conjunto de estos se muestra en el Museo Británico y selecciono aquí algunos de los mismos. Parece que «actualizó» la obra incluyendo muchos elementos neoclásicos en la arquitectura y decorados de las escenas. Sus personajes no se si representan fielmente a los originales. Si no es así, no me parecen acordes con los modos estéticos de un siglo que se caracterizó por el realismo de las figuras. Son consideraciones personales y, en esa tónica, me parece que artísticamente tienen sólo un carácter anecdótico. Eso sí, si se considera como interés artístico sólo el estético. El arte también sirve como expresión de la sociedad, de sus costumbles y anhelos; del modo de verse a si misma. Quizás nos sirva para apreciar que, las expresiones de la sexualidad no cambian fundamentalmente con el tiempo o la sociedad.









