Giulio Romano (Roma, Italia, 1499-1546) fué uno de los discípulos más destacados de Rafael y gran exponente del manierismo. Sus frescos, en su mayoría realizados en el Palazzo Te, residencia veraniega de los Duques de Mantua, son algo recargados y no tienen la serenidad de las obras de su maestro. Los mismos constituyen nuestra principal fuente de desnudos. Pese a ello, quiero destacar una obra de caballete particularmente relevante: La «mujer ante el espejo», también conocida como «mujer en el baño». Se trata de un retrato realizado al óleo sobre tabla, que nos ha llegado en una reproducción sobre lienzo realizada en el siglo XIX, y que hasta entonces había sido asignada a Rafael. El ligero contraposto, tan querido por los manieristas, no parece demasiado forzado; los colores destacados al gusto de Rafael, junto con las veladuras muy cuidades, le dan un aire delicado que se contrapone con la visión frontal de un rostro de labios finos y cerrados con unos ojos que tampoco nos miran directamente y completan esa línea serpenteante del contraposto.

En el Palazzo Te sus frescos muestran muchas veces composiciones con un toque más o menos erótico «justificado» bajo el paraguas mitológico:









Pertenece a este artista este encantador dibujo infantil, con una espontaneidad muy poco usual en la época y que, nuevamente, vemos atribuído muchas veces a Rafael:

La faceta más erótica del artista se relaciona con una serie de dibujos, » I Modi» o «Los dieciseis placeres», que fueron grabados por Marcantonio Raimondi. La obra sufrió una fuerte censura papal que acabó con la destrucción de la misma y la cárcel para el grabador. Se considera, como superviviente de la misma el ejemplar denominado Toscanini que les muestro a continuación:

En el siglo XIX, el conde de Waldeck presentó una supuesta edición de los mismos basada en unos hipotéticos grabados olvidados en un monasterio, que mostraré en otro momento.