Insisto sobre los pintores flamencos que ejercieron su actividad en los albores del siglo XVI y que siguieron, de algún modo, las huellas de Albert Durero. Dentro de los mismos, a los que se ha dado en llamar «Pequeños Maestros», se encuentra Sebald Behan (Alemania, 1500-1550). Aunque desarrolló diversas actividades artísticas se conoce a este artista, fundamentalmente, como grabador. En general su obra reviste un acusado carácter erótico, lo que me ha llamado mucho la atención. Behan vivió el agitado mundo de la lucha de religiones. Coetáneo de Lutero en momentos en los que el fundamentalismo religioso justificaba cualquier comportamiento, algunos de sus grabados podrían llegar a considerarse como pornográficos, mostrando temáticas que no serían tratadas públicamente hasta el siglo XX. Por ejemplo su obra «La muerte con una pareja lasciva» puede llegar a sorprendernos, incluso hoy en día, al mostrar a una pareja que se masturba mutuamente en presencia de la muerte:
También nos presenta los consabidos temas sobre el Pecado Original, la Caída y Adán y Eva
En general toda la obra respira un fuerte erotismo y un carácter sexual bastante explícito: