No resulta habitual encontrarse a artistas peruanos de los dos últimos siglos que desarrollen en sus trabajos la representación del desnudo. Al menos, no he encontrado mucho en mi búsqueda por internet ni tampoco en el «Archivo Digital del Arte Peruano«. Una de las excepciones la constituye Carlos Baca-Flor (Islay, Arequipa, Perú, 1869-1941) . Es cierto que su primera etapa artística tuvo lugar en Chile, ingresando casi adolescente en la Academia de Artes de Santiago, pero mantuvo con orgullo su nacionalidad peruana y su gobierno lo ayudó a formarse posteriormente en Francia. Previamente viajó a Italia donde, tras una breve estancia en Génova, ingresó en la Academia Española de Bellas Artes de Roma, donde entró en contacto con el arte español.
Su mayor renombre se lo darán los retratos. Gracias a su relación con J. P. Morgan, banquero y coleccionista de arte, a quien realizó un retrato muy admirado, entró en el circuito comercial estadounidense, siendo conocido como el «retratista de los millonarios».
De su primera etapa debemos destacar este «Joven acostado» realizado en 1886:
Sus desnudos son fuertemente académicos, de estudio, aunque muestran una gran vitalidad:
La influencia del modernismo es más patente en obras como las siguientes:
Pero, al menos en lo que a sus desnudos se refiere, se mantuvo bastante dentro de ese clasicismo de moda a finales del siglo XIX, y ajeno a las vanguardias de principios del XX. En sus dibujos podemos apreciar cómo logra conjugar el formalismo de la obra académica de estudio y la expresividad y vitalismo de sus retratados: