No siempre nuestros gustos estéticos están de acuerdo con los criterios artísticos. Esto me ocurre con la obra del guatemalteco Manolo Gallardo (Ciudad de Guatemala, 1936), considerado como uno de los artistas más destacados del siglo XX en su país.
Pintor, fotógrafo, escultor y dibujante, ha abarcado el amplio abanico de artes plásticas. Su obra pictórica es extraordinariamente barroca, y colorista. El componente surrealista se encuentra más o menos presente en toda su obra al que, según mi criterio, incorpora muchas veces elementos que consideraría kitsch. En ocasiones utiliza motivos extraídos de la tradición cristiana.

Crucifixión y mariposas – Manolo Gallardo
La mujer se encuentra presente generalmente en complejas escenas alegóricas.

Judicial – Manolo Gallardo
En el año 2012, una escultura suya, «No al femicidio», creada como denuncia de la situación de violencia que sufre la mujer, dio lugar a una extraordinaria polémica. Se le acusó, entre otras cosas de irreverente al querer ver en la misma una representación femenina de Cristo en la cruz.
A ese respecto el artista comentó:
“El arco del que está colgada mi escultura es el símbolo de la concordia: El Arco del Triunfo en París, La Puerta de Alcalá de Madrid, El Arco de la Moncloa de la ciudad universitaria en Madrid etc. También me inspiró para colgarla de un ARCO el Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci, en el que la figura humana está con los brazos abiertos, representando las medidas perfectas del hombre, del ser humano”. Y preguntó: “¿Creen ustedes que Dios se opondría o consideraría blasfemia que una mujer también fuera crucificada y sacrificada igual que su hijo Jesús por los pecados del mundo, y por supuesto DESNUDA exactamente como estuvo Él? ¡O sea que cada vez que me acuesto con mi mujer y pone los brazos en esa posición me estoy ganando el infierno!”
Siempre me a gustado el arte del Maestro Manolo Gallardo, esa controversia que surge al mostrar la desnudez del cuerpo humano. La vulnerabilidad y a la vez la fortaleza.
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