No resulta fácil hacer una semblanza crítica de la obra de un artista chino contemporáneo. Ni siquiera en el caso de un pintor, como el que nos ocupa, Wei Dong (Mongolia, 1968) que desarrolla su actividad en los Estados Unidos. Sabemos que fue represaliado durante la llamada Revolución Cultural lo que, quizás justifique el tono irónico que aprecio en su obra en la que se fusiona la imaginería oriente-occidente.
Wei Dong siempre trata el cuerpo femenino en una obra fetichista, con un indudable tono erótico no exento de crítica social en la que apreciamos muchos iconos del arte occidental.