Considerado por algunos como un maestro del postmodernismo, David Ligare (Illinois, USA, 1945) es un pintor sorprendente. La mayoría de sus composiciones muestra una gran sencillez, que no simplicidad, formal, resultando muy destacable su extraordinaria luz que recuerda a Dalí.
En una entrevista publicada para una de sus exposiciones indica:
“Las cosas se ven de un determinado modo por un motivo, y me fascina tratar de entender y recrear tanto la lógica de la apariencia como el significado intrínseco de los objetos”
“Para mí la luz del sol – especialmente a la caída de la tarde- es la fuente de iluminación más hermosa. Este periodo de tiempo liminal, justo antes de la puesta de sol, ha sido durante mucho tiempo “la hora de oro” por su riqueza y belleza metafórica”
La obra de este pintor no se centra en los desnudos, y sus paisajes y naturalezas muertas son extraordinarios, pero en los mismos la figura masculina es dominante. La integración de la misma en un contexto grecorromano, recreando incluso sus mitos, resulta bastante sorprendente. En esta obra “Hércules protegiendo el equilibrio entre Placer y Virtud” parecería que vemos la mano de Poussin que, como les muestro recreó el mismo tema (aunque Ligare muestra una Virtud, francamente agresiva).
Lógicamente, un análisis elemental de las dos obras muestra sus grandes diferencias. Ambas mantienen una composición basada en el triángulo, pero ese triángulo equilátero centrado que se muestra en Poussin y que genera una sensación de tranquilidad y equilibrio, se vuelve isósceles en Ligare, con una destacada diagonal ascendente que compensa el movimiento del brazo de la “Virtud”. La obra tiene un gran dinamismo y si la estudiamos con más detalle podremos comprobar cómo esa sencillez en este artista no supone simplicidad y sí un gran conocimiento de las reglas de la percepción visual.
Igualmente, vemos la influencia temática clasicista en estas obras:
En YouTube podemos ver una amplia e interesante entrevista-reportaje con este artista (en inglés).