Degas es un pintor impresionista muy diferente de Renoir. Los desnudos de Renoir respiran serenidad y alegría, gusto por los ambientes abiertos al aire libre y un intento de captar la sensualidad y belleza de las formas femeninas. No es el caso de Degas. Su mirada es mucho más fría. Claramente no busca la belleza (lo que no quiere decir que no la consiga) y en todo momento trata de congelar el instante, el movimiento.
Sus trazos son más amplios, más rápidos. Utiliza con frecuencia la técnica del pastel que le permite una gran inmediatez en los resultados y se apoya en ocasiones en la fotografía para captar detalles que pudiesen pasar desapercibidos al ojo humano. Los colores son más oscuros que los de Renoir y la gama cromática más limitada.
Las obras centradas en el baño constituyen uno de los grandes motivos del pintor que repite una y otra vez desde distintas perspectivas:
«Hay que rehacer diez veces, cien veces ,el mismo tema» (Degas)
Sus mujeres no posan y, por ello, raramente muestran sus caras. Se encuentran en la intimidad más absoluta, casi siempre entregadas al aseo personal.
Nunca se sienten observadas y el espectador parece mirarlas a través de la rendija de una puerta, no tanto por lujuria como en un intento de apropiarse de su espíritu, absorber su alma.
Las formas más o menos circulares que adoptan en muchas ocasiones sus cuerpos, muestran también ese sentimiento de introspección y alejamiento del mundo exterior.
Aunque el número de obras es más limitado y casi siempre realizadas como monotipo, ocasionalmente retocado con pastel, hay que destacar algunas obras sobre el burdel puesto que muestra una técnica diferente para mostrar a otra mujer. Degas, como Toulouse-Lautrec, eran asiduos a las denominadas «maisons closes», los burdeles de la época. Sin embargo la visión de estos dos pintores impresionistas era bastante diferente. Renoir decía que en Degas, y contrariamente a Toulouse-Lautrec, no hay vicio, ni pornografía, ni siquiera esa tristeza que suele envolver las obras en las que se trata la prostitución, sino un aire alegre y casi religioso. Podemos ver esto en «El santo de la madame».
El estilo vemos que es diferentes. Las figuras abocetadas mostrando mujeres con amplias caderas, barriga, despeinadas pero maquilladas, vestidas solo con esas medias de color.
Degas realizó también algunos desnudos masculinos pero predominan el los mismo el academicismo y no tienen ni mucho menos el interés de los femeninos. Entre los mismos se suele destacar su obra «Jóvenes espartanas provocando a unos mancebos a la lucha » con fuerte influencia de la pintura de Ingres y del realismo historicista anterior, aunque las figuras masculinas tienen muy poco de griegas.
Les dejo aquí otros ejemplos del desnudo masculino de este pintor.
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