Lin Jinfu (Fujian, China, 1978) es un caso excepcional dentro del arte chino, al presentar una obra dominada por el desnudo masculino. Sus óleos, extraordinariamente realistas, parecen inspirarse en el barroco italiano y, al observarlos, nos viene a la cabeza la obra de Caravaggio. Las luces y colores de este artista y, en muchos casos, esos elementos de ambigüedad que confieren a las figuras un toque homoerótico, parecen traspasar la barrera del lugar y tiempo, para definir un nuevo hombre chino. Por mantener un poco esa idea neobarroca, les sugiero una comparativa con la obra – más dramática – de Roberto Ferri.

