Sanyu (Nanchong, China, 1895-1966) es uno de esos artistas, prácticamente ignorados en vida que, de golpe, adquirieron el máximo reconocimiento. En su caso a partir de una exposición en Taiwan en 1988. Trabajó siempre en París, siendo el primer artista chino en ser representado en el Salón de las Tullerías, en 1930, y en el de los Independientes, en 1931. Su obra se destaca por un dibujo limpio, con grandes lineas envolventes, complementado a menudo con acuarela. Nos recuerda la última etapa de Matisse y, de hecho se le ha denominado el Matisse chino. Pese a provenir de una familia aristocrática y bastante rica, y haber estado muy relacionado en su momento, murió prácticamente en la indigencia. Hoy se cotiza a altísimos precios, especialmente en el mercado asiático.



