La artista belga Sanam Khatibi (Teherán, Irán, 1969) nos muestra un mundo idílico en el que la figura masculina está ausente y las mujeres se dedican a la caza y a la pesca. En un paisaje romántico, con la simplicidad de un entorno naif, las mujeres se ven silueteadas y pintadas con colores muy claros, adquiriendo una apariencia irreal, casi fantasmal. Algunas escenas sexuales implican un partener animal, una especie de felino poco reconocible. En todos los casos no existe la menor victimización de la figura femenina que vive feliz en este «paraíso terrenal». Por el contrario, en las dos últimas obras que les muestro se aprecian algunas figuras masculinas que parecen romper ese estado de paz y son sujetos u objetos de la violencia.
En una entrevista publicada en ARTnews, Sanam Khatibi comentó:
«Mi primera influencia fue quizás el descubrimiento del Bosco cuando tenía 5 o 6 años. Alguien, que estaba tratando de asustarme, me dijo que las imágenes representadas en sus pinturas eran un retrato de lo que nos sucedería si nos enviaran al infierno. Estaba hipnotizada y, a menudo, hojeaba las páginas de [un libro de las obras de Bosco] imaginando cada escena. Ese encuentro se quedó conmigo. Más tarde, algunos de mis mayores enamoramientos fueron artistas como Henry Darger, Séphane Mandelbaum, Carol Rama, Leon Golub, Nancy Spero, Kahlo, Bacon y muchos otros. Y, por supuesto, el período del Renacimiento: Cranach, en particular«