

Will McBride (San Luis, Misuri, USA, 1931-2015) tuvo una educación artística en su país, pero su interés por la fotografía es posterior a 1955 cuando, después de su servicio militar con el ejército americano en Alemania, se estableció en la misma con carácter definitivo. En su primera etapa actuó como fotorreportero para la revista «Twen», dirigida por Willy Fleckhaus. Según nos cuenta Eugenio Vega, en un magnífico trabajo al que van referidas todas las citas de este artículo:
«La integración de texto y fotografía en una estructura secuencial contribuyó a definir una coherencia gráfica que se convirtió en una seña de identidad de la publicación»
La obra de McBride el aspecto compositivo toma un papel tan preponderante que acabó por distanciarlo de la exigencias de maquetación, más rígidas, de Twen. De su gran trabajo para esta revista, efectuado en la India sobre la figura de Siddartha se dice:
«Cada fotografía era una gran producción en sí misma que requería dibujantes para los storyboards y asistentes para llevar accesorios, suministrar componentes, traducir instrucciones, manejar unidades de flash y luces de reflectores que McBride utilizaba para suavizar las zonas de sombra. Un proceso que se volvió cada día más complejo por una caótica forma de trabajar, inseparable de su proceso creativo.»
Su caótica forma de trabajar y la fusión entre su vida privada y artística le costó la separación de su mujer y sus hijas y una cierta polémica social:
«Su casa, que era a la vez su estudio, se llenaba de jóvenes desconocidos y de vagabundos a quienes aquel lugar ofrecía no sólo refugio sino también libertad. Más de una noche era fácil encontrar allí una veintena de jóvenes, con sus sacos de dormir por los rincones, en un ruidoso ambiente viciado por el olor a hachís. McBride era consciente del contraste de toda aquella gente con los sobrios y conservadores vecinos que poblaban el barrio, pero confiaba, quizá ingenuamente, en una especie de convergencia entre gentes tan distintas.»
Sin duda, el escándalo mayor, y las censuras, las protagonizó su obra «Zeig Mal!» (Muéstrame) obra de educación sexual para niños y padres, en colaboración con la Dra. Helga Fleischhauer-Hardt.
Ignoro si algunas de las obras de desnudos que les muestro a continuación forman parte de este libro (supongo que sí), pero creo que en todos los casos, las fotografías muestran una narrativa compleja que no tiene una lectura erótica unívoca.












