La ilustración, en la historia del arte, parece haber tenido un inmerecido lugar secundario. Cuando quiero, de algún modo, subsanar este hecho, me encuentro con un artista como Anton Marrast del que nadie parece conocer nada. Todas las referencias de internet parecen indicarnos que es un artista contemporáneo ruso de origen español (Barcelona), y nada más. Según declara:
«Mi nombre es Anton Marrast y soy artista digital e ilustrador. La diversidad de mis creaciones es un reflejo de mi enorme deseo de explorar y perfeccionar una amplia gama de técnicas y estilos. También trabajo con materiales tradicionales como bolígrafos, lápices, rotuladores y combino mis dibujos en papel con las técnicas digitales. Ya que la idea principal de todos mis trabajos es la emoción, las historias suelen ser surrealistas. Lo llamo surrealismo psicodélico. La inspiración de mi vida es mi mujer Michelle.»
Su estilo es fácilmente reconocible en esa pareja de cíclopes que denominó «Slow», por lo que tardó en ejecutarla, o en unas imágenes de factura sencilla, ocasionalmente inscritas en estructuras geométricas, y con una cierta carga erótica. Pero como él mismo indica, su producción es más amplia.








