
Leonardo da Vinci (Vinci, antigua República de Florencia, Italia, 1452-1519) es indiscutiblemente uno de los grandes genios de la cultura mundial y uno de los representantes máximos de la concepción humanística del hombre renacentista. Pintor, escultor, dibujante, arquitecto, ingeniero, anatomista, poeta… Lo abarcó todo. Dentro del mundo artístico establece con Miguel Angel y Rafael la trilogía más representativa del Quattrocento italiano. Su obra pictórica, pese a su extraordinaria importancia, no es abundante y sólo conozco una obra suya en la que se muestre un desnudo: Leda y el cisne, de la que no se conserva el original. Sabemos que realizó esculturas pero tampoco se han conservado; quizás con la excepción de una «Virgen con niño riendo» atribuída recientemente al Maestro. Pero sus dibujos son numerosos. Se conserva una gran colección en las que el desnudo se utiliza tanto con fines anatómicos como artísticos. Son casi exclusivamente desnudos masculinos. Leonardo da Vinci era homosexual y a los 24 años fue acusado de sodomía, pero este hecho no parece plasmarse de ninguna forma en su arte. Técnicamente, entonaba el papel utilizando varios materiales diluídos (tinta, carboncillos, sanguina, etc.) lo que le permitía luego generar sombras y luces que daban aspecto tridimensional a sus figuras. La pintura se llevaba a cabo con plumas de ganso endurecidas, y la tinta se fabricaba con gallaritas, sulfato férrico y goma arábica.
Mas allá de su célebre «Hombre de Vitrubio», con el que encabezo esta entrada del blog, les muestro una pequeña selección de dibujos:





