El movimiento neoclásico fue muy destacado en Francia y tuvo menos aceptación en el resto de Europa. En el caso de Rusia, tuvo una relativa importancia en el campo de la arquitectura, pero muy poca en la pintura. En este sentido, Alexander Ivanov (Moscú, Rusia, 1806-1858) se revela como un pintor singular. Con movido de la exhibición realizada por su bicentenario, Lyudmila Markina escribió:
«Ivanov es un verdadero enigma. Por un lado, ¿hay un ruso que no lo conozca? Y por otro, nadie entre los rusos lo conoce». Estas palabras, escritas por Sergei Diaghilev a principios del siglo XX, pueden repetirse hoy, ya que el país marca el 200 aniversario del nacimiento del artista.
Estas palabras, con las que abre su artículo esta crítico artística son también enigmáticas porque no las desarrolla de un modo claro en su artículo. Quizás se relacionen con el hecho de que, pese a su corta vida, tuvo un cierto reconocimiento, aunque también se le ha llamado «el maestro de una sola obra», al tardar 20 años en elaborar su pintura «La aparición de Cristo ante el pueblo»:

El desnudo se convierte en tema principal en obras como las que les muestro a continuación. Sus protagonistas suelen ser niños o jóvenes.








