Quizás a muchos no les resulte familiar el nombre de Alfred Cheney Johnston (Mount Vernont, New York, USA, 1885-1971), pero fue uno de los fotógrafos que plasmó los desnudos femeninos más bellos de los años 20 del pasado siglo. Su legado es muy amplio pues, en 1960, donó 245 obras a la Biblioteca del Congreso en Washington. Su obra nos muestra, fundamentalmente, retratos de mujeres desnudas o semidesnudas; mujeres anónimas y actrices del momento. Su fama quedó asociada a la del productor neoyorkino Florenz Ziegfeld quien, emulando las Folies Bergères de París, creó las Ziegfeld Follies. Johnston trabajó para el mismo pero también mantuvo su propio estudio de retratos de un modo independiente.
Las fotografías de Alfred Cheney Johnston son mucho más espontáneas y menos hieráticas que lo usual en el momento y, muchas de ellas, nos sorprenden por su aparente contemporaneidad, al margen de los vestidos y maquillajes del momento.











