El artista Kosta Hakman (Bosanska Krupa, Bosnia y Herzegovina, 1899-1961) está considerado como uno de los artistas bosnios más importantes pese a que, debido a los avatares de la política europea, su ciudad de nacimiento formaba parte, en ese momento, del imperio austro-húngaro y, posteriormente, de Yugoslavia. El mismo realizó la mayoría de su labor en Belgrado (Serbia) que, después de la Primera Guerra Mundial, logró aglutinar a un gran número de artistas. Entre 1925 y 1940 la actividad de Hakman se realizó entre Belgrado y París. En Belgrado formó parte de los grupos de vanguardia como el grupo OBLIK. Por otra parte, los impresionistas franceses y, en particular la obra de Cezanne, dejaron una fuerte influencia en la obra de este artista que se aprecia muy particularmente en sus paisajes coloristas.
En un destacado artículo de Ljiljana Stojanović leemos:
«… con una paleta impresionista tenue, colocando un trazo al lado de otro, logró colorear cada pintura con un «tono poético y realista», para pintar reflejos en el agua, seleccionando los apropiados tonos marrones, azules o esmeralda, y dosificando la cantidad necesaria de luz deslumbrante o suave; o para expresar la dimensión del tiempo en un paisaje de olivos centenarios; pero también, motivado por el sentimiento del valor social de la imagen, para pintar una figura con trazos fáciles, más como una necesidad de grabar un momento de la vida cotidiana.»
La pintura de Hakman siempre estuvo muy relacionada con el espíritu intimista de la pintura francesa, como la de Bonnard, que se manifiesta en los desnudos que les muestro a continuación:




