Samuel Salcedo (Barcelona, 1975) trabajó como asistente de Jaume Plensa hasta desarrollar su propio estilo en el mundo de la escultura. Su producción, hiperrealista, no nos induce a una fría visión mimética de la realidad. Los rostros suelen estar ocultos por máscaras de distintos tipos que nos obligan a una reflexión sobre el significado de la representación, sobre nuestra imagen pública y la realidad que ocultamos, consciente o inconscientemente, tras esa imagen. A ese respecto, el artista realiza unas amplias declaraciones en la versión on-line de la revista “Metal“. Unas máscaras,ocasionalmente simples tocados, bastante diferentes de las tiernas de Sam Jinks. Presentes o ausentes estas esculturas están revestidas de una fina ironía. La dimensiones no son muy grandes, como mucho las normales del cuerpo humano y generalmente bastante más pequeñas, muy alejadas de las monumentales obras de Ron Mueck.
DJ Pangburg en su artículo “El hiperrealismo bestial, grotesco y absurdo de Samuel Salcedo” nos muestra una buena introducción a la obra de este artista que tiene cada vez mayor proyección internacional.