Sobre la vida y obra de Vincent van Gogh (Zunders, Países Bajos, 1853-1890) se ha dicho ya de todo. Es uno de los iconos artísticos del mundo contemporánea, admirado incluso por aquellas personas cuyos gustos artísticos apenas son capaces de asomarse a las innovaciones del impresionismo, y deificado por los mercados que han elevado la cotización de su obra a valores extraordinariamente altos. Pero no cabe duda que es uno de los mayores genios, si no el mayor, de las postrimerías del siglo XIX. Parte del impresionismo para generar una obra fuertemente colorista y expresiva con un estilo que dejará una fuerte impronta en el fovismo y el el expresionismo posterior. Se le encuadra en la Historia del Arte como post-impresionista, al igual que Paul Gauguin, con quien mantuvo una intensa y conflictiva relación.
No quiero entrar en un comentario más amplio sobre el estilo de este artista – por otra parte, conocido – porque el mismo se revela muy poco en las obras que voy a mostrarles, Van Gogh no fue un pintor de desnudos. Se comenta que tuvo muchas dificultades para conseguir modelos femeninos, y los desnudos masculinos están prácticamente ausentes. Ni siquiera, en sus más de 30 autorretratos, podemos observarlo desnudo. Pocas pinturas y un número más amplio de dibujos muestran esta faceta del artista.

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Mujer desnuda recostada – Vincent van Gogh

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