Vuelve a traerles un pintor realista australiano, aunque bastante diferente de Peter Churcher: Robert Hannaford (Australia, 1944). Dibujante, pintor y escultor, su obra muestra una amplia temática en la que destaca el paisaje, los retratos y el desnudo. El artista declara:
“Pinto y dibujo todo lo que me resulta interesante en mi mundo. Esto puede abarcar desde dibujos íntimos a amplios estudios con pinturas atmosféricas rápidas. Cualquier cosa que me interese “
En sus pinturas logra mostrar magistralmente la personalidad del retratado para lo que hace uso de texturas que resaltan las capas a medida que se aproximan al espectador y, al mismo tiempo des-idealizan y, consiguientemente, personalizan con sus imperfecciones, al sujeto representado. No es un pintor que centre su obra en el desnudo y mucho menos en el desnudo masculino que raramente es completo. Nos proporciona numerosos autorretratos y, al respecto del que les muestro a continuación, la Art Gallery NSW pone en su boca este irónico comentario:
“Empecé con los pantalones bajados”, agregó con una sonrisa, “pero creo que esto se ve más interesante. Es difícil con el autorretrato encontrar la objetividad que es necesaria, pero la verdad es mucho más interesante que algunos halagos”.
Otros autorretratos se muestran a continuación. Por ejemplo, en el siguiente, nos muestra sin pudor el resultado de una intervención durante un tratamiento frente al cáncer al que fue sometido.
“He representado, nacimiento, vida, muerte, vejez y enfermedad. Aprovecho cada oportunidad para describir aspectos de la vida y la muerte, para crecer y disminuir. Todo forma parte de la comprensión de la vida que vivimos “. (Cita Art Gallery NSW)
Autorretrato como salvaje (derecha)
Como les indicaba, el desnudo masculino total no resulta usual en la obra de este artista. Vean así este retrato de su hijo.
No he encontrado mucho ejemplos de esos desnudos completos. Fundamentalmente dibujos:
El desnudo femenino se plantea con mucha mayor libertad y lo podemos encontrar realizado al oleo, en acuarelas y dibujos con diversos materiales. Me sorprende que parece mantener en todas estas obras la misma fría objetividad y ausencia de erotismo (o al menos de una mirada explícitamente erótica) que presenta en los retratos masculinos.