Dentro de la variada obra de la fotógrafa Sally Mann (Lexington, Virginia, USA, 1951) se distinguen dos tipos de producciones relacionadas con el desnudo y, aunque radicalmente distintos, parecen siempre producir un cierto desasosiego. En uno de ellos muestra un desnudo familiar. Su esposo y sus tres hijos, fundamentalmente las dos niñas. Estas manifiestan en la obra una personalidad tan destacada que parece oponerse a la supuesta inocencia infantil. Quizás por ello resultan tan perturbadoras unas fotografías que no tienen características sexuales.
La segunda serie muestra un cuerpo descompuesto, cadáver. Los restos, ya inhumanos, de nuestra presencia
Dentro de este espíritu sombrío habría que incluir muchos retratos realizados a su marido, enfermo
Considerada por algunos como una fotógrafa maldita, Sally Mann, resulta difícil de definir, ni siquiera en el restringido campo del desnudo. Siempre nos sorprende con obras que se escapan a las etiquetas fáciles. Por otra parte, no sólo ha abordado la fotografía en blanco y negro, sino también en color. Por falta de espacio les remito a la página personal de la artista.