Los desnudos, muy especialmente femeninos, de Sylvie Guillot (Paris, 1972) nos muestran un mundo íntimo, cerrado en si mismo, con estructuras curvas que se repliegan. Cuerpos que parecen querer protegerse por brazos y piernas. Guillot comenta:
«Me gustan las ideas de tensión y movimiento, usando composiciones donde el cuerpo parece estirarse, caer o acurrucarse. También me gusta enfatizar la tensión dentro del cuerpo dibujando torsos torcidos, hombros afilados o manos fuertes y nerviosas «.
La tensión en su obra se hace patente en el aspecto abocetado que toma en muchas ocasiones, en los continuos arabescos que se superponen a la estructura de la acuarela y que sólo parcialmente sirven para delimitar las formas corporales. El color incide en estos aspectos. Del mismo comenta Frédéric Marty en su artículo «L’évidence et l’intention«:
«Su uso del color se une al del trazo en tanto que revelan no sólo la forma sino la profundidad de los tejidos y estructuras, de las carnes y los huesos».