Uno de los maestros más destacados del movimiento simbolista de finales del siglo XIX es el suizo Ferdinand Hodler (Berna, 1853-1918). Su obra, inicialmente muy realista, fue derivando hacia un figurativismo más esquemático y abstracto con un fuerte predominio de la línea (fue un gran dibujante), ausencia de profundidad y unas composiciones marcadas fuertemente por la simetría. No ahonda en los elementos decorativos, como otros autores del simbolismo y art nouveau, y tiende hacia un expresionismo muy personal.

Comunión con el infinito – Ferdinand Hodler

Joven admirado por mujeres – Ferdinand Hodler

Adoración – Ferdinand Hodler
Hodler destacó como un extraordinario muralista

El día – Ferdinand Hodler

Amor – Ferdinand Hodler

La Primavera (1907) – Ferdinand Hodler
Una de sus obras más conocidas es «La noche», en la que la muerte se abate sobre la figura central de la composición.

La noche (1890) – Ferdinand Hodler
Muerte, sombra y oscuridad fueron temas relevantes de Hodler, como también apreciamos en «La Verdad».

La verdad (1903) – Ferdinand Hodler
de la que existe un esbozo datado cinco años antes: