La obra postmodernista de Charles Ray (Los Ángeles, USA, 1953) es de difícil clasificación pues va más allá de su aparente hiperrealismo. Así, su obra «Maniquí masculino»(1990) se construye sobre un cuerpo de maniquí al que el autor agrega una copia de sus propios genitales, lo que altera el significado de la escultura planteando el concepto de desnudo y el dilema de la sexualización del marketing comercial.

Male Mannequin (1990) – Charles Ray
Poco tiempo después nos presentó su «Oh! Charley, Charley, Charley»(1992) en la que representa en fibra de vidrio siete copias, en distintas posturas, de su propio cuerpo en actitudes masturbatorias. No hay homosexualidad, casi ni provocación pues, como su autor dice:
«Parece que soy realmente vulnerable, revelándolo todo, pero al final no revelo nada. Estoy tan involucrado en las figuras de mi mismo que forman un sistema cerrado, sin expresión, casi triste en lugar de erótico»
En otro lugar destaca que tenía en mente el aspecto compositivo de «Los Burgueses de Calais» de Rodin adaptado a un mundo contemporáneo
«My subject became the self as a projection of the other. Your lover’s just yourself, there is no other out there, it’s the other side of Brancusi’sThe Kiss. I love that sculpture, but to become one through a cosmic . . .»
Al año siguiente nos presenta «Family Romance» en la que observamos, desnuda, la imagen tradicional de la familia americana. La escala está distorsionada y todos los elementos tienen la misma altura. En el comentario sobre esta pieza, en el MoMa, se puede leer:
«Sus manipulaciones de escala también implican una alteración del equilibrio de las relaciones de poder: no sólo han crecido los niños sino que los adultos se han reducido»
Más recientemente, una de sus piezas, «Huck and Jim» generó bastante controversia. En ella se muestran a dos destacados personajes de la clásica obra de Mark Twain «Las aventuras de Hukleberry Finn». Ambos están completamente desnudos y Huck, un negro americano de 28 años golpea la espalda del joven adolescente blanco Jin (14 años) que se inclina, aparentemente, para recoger algo que no se muestra. Se consideró la obra homoerótica e inadecuada para el emplazamiento previsto originalmente, la Plaza del Whitney Museum of American Art de Nueva York, aunque no para el interior del recinto.
Los desnudos los justifica la propia obra de Mark Twain:
«Siempre íbamos desnudos, de día y de noche, cuando nos dejaban los mosquitos; la ropa nueva que me había hecho la familia de Buck era demasiado buena para resultar cómoda; de todos modos, a mí tampoco me gustaba mucha andar vestido»
(Las aventuras de Huckleerry Finn, cap. 19-Mark Twain)
Para un comentario más detallado de esta obra y sus precursoras les recomiendo la lectura del artículo «Meaning Machines» publicado por el The New Yorker
El mundo infantil y juvenil se muestra en otras obras:
Las últimas obras que les presento son cronológicamente anteriores a las que hemos estado contemplando ya que datan de los años 80. Corresponden a una serie en la que la figura humana se integra en el mobiliario con una aparente fusión de acero y carne:
He visitado muchas veces tu página,pero nunca te había dejado un comentario.Solo queria decirte que agradezco el esfuerzo que realizas en mostrarnos a todos estos artistas y su tratamiento del desnudo humano.Ha sido todo un descubrimiento para mi.
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Gracias, Evaristo, por tu amable comentario
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