La obra fotográfica de Angelo Musco (Nápoles, Italia, 1973) tiene tintes monumentales. Amplios paneles que se fusionan en ocasiones unos con otros para representar, casi siempre, lo inmensamente pequeño a partir de lo grande. El cuerpo humano, desnudo, resulta una célula que permite recrear nervios, tejidos y estructuras biológicas de todo tipo.
Pese a las grandes proporciones de la obra resulta difícil reconocer estos componentes que parecen multiplicarse hasta el infinito. Unidades ínfimas, despersonalizadas completamente y, por tanto inhumanas pese a sus formas.
Sin embargo, podemos reconocer en algunos casos, rasgos de emoción en esos torbellinos de figuras desnudas.
En cualquier caso, el artista crea imágenes sugerentes que podrían tener un carácter onírico o ilustrar una obra de fantasía o ciencia-ficción.
Independientemente de la dura labor de edición necesaria para la realización de estas producciones, el autor necesita trabajar con grupos relativamente grandes de modelos.
Podemos observar algunos vídeos sobre la producción de estas fotos en la plataforma YouTube. Uno de ellos pinchando aquí.