Si existe un elemento definitorio para la obra escultórica del italiano Matthias Verginer (Bressanone, 1982) este es la ironía. En un tono amable y humorístico al mismo tiempo nos presenta sus esculturas de maderas con personajes desnudos con cuerpos muy poco (nada) idealizados y frecuentemente acompañados de animales.
No queda claro el significado de la relación existente entre las figuras humanas y animales pero estos últimos suelen tener dimensiones muy superiores imponiendo su presencia. Parece que los humanos son las mascotas de animales, en ocasiones insectos gigantes.
Todos los animales parecen soportar pacientemente como éstos cabalgan o juegan sobre sus lomos.
Esa relación persona-mascota o animal-mascota parece conducir en ocasiones a una cierta similitud formal entre ambos seres asumiendo ese dicho de que animal y amo acaban pareciéndose.