No abundan las referencias sobre la obra del joven pintor italiano Giovanni Gasparro (Bari, 1983), posiblemente porque su obra todavía se encuentra muy circunscrita a su país natal. En su pintura, fundamentalmente con temática religiosa, muestra ser conocedor de las técnicas del claroscuro y de la pintura barroca en general a la que superpone un fuerte contenido surrealista.
Las manos parecen tomar un gran protagonismo al surgir por doquier, ajenas a cualquier soporte corporal, multiplicándose repetidas veces.