Petrona Viera (Montevideo, Uruguay, 1895-1960), pese a las dificultades originadas por su sordera – adquirida a los siete años de edad – se convirtió en una de las artistas más destacadas de Uruguay. Fue la principal representante de una corriente artística local, el «planismo», que trató de destacar el carácter bidimensional de la pintura mediante un tratamiento plano de los colores aplicados sobre planos superpuestos. El planismo mantiene la luminosidad de los colores (preferentemente primarios) y no manifiesta ningún interés por la geometrización cubista. El padre de este movimiento, Guillermo Laborde, fue maestro de Viera.




