Pese a su nacimiento en Honduras, Benjamín Cañas (Tegucigalpa, Honduras, 1933-1987) fue inscrito como salvadoreño por sus padres. Su obra neofigurativa tiene, a menudo, elementos surrealistas e influyó en la producción de muchos artistas de los Estados Unidos, país donde pasó los últimos años de su vida. Según podemos leer en la página de Arts of Americas:
«Hacia 1973, Cañas había descartado la obra de influencia maya y pasó a una exploración más precisa y casi surrealista de la figura, dentro de la cual las cartas de Franz Kafka a sus diversos intereses amorosos se convirtieron en una fuente de inspiración. Figuras distorsionadas, animales en miniatura y escenarios como escenarios llenaron sus composiciones, que evocaban búsquedas existenciales y tensiones sexuales.»