Hay algo extraño y fascinante en la pintura de Christophe Hohler (Basilea, Suiza, 1961). Sus figuras, desnudas o no, parecen emerger de ninguna parte y portan un elemento de debilidad, de tragedia y soledad; aunque ésta última sea compartida. Son figuras de ejecución rápida, creadas sin modelo, en las que dominan los colores rojos y negro (ocasionalmente amarillo). Sus modelos muestran una humanidad y una individualidad en la que la forma física parece carecer de importancia y, en este sentido, desnudo y vestido no son referencias fácilmente aplicables. Cuando se ha preguntado al artista de dónde surgen sus figuras responde: «Al pintar el sujeto se revela a sí mismo».










Great illustrations on this post – love the abstractions and colors.
Me gustaMe gusta