
La interpretación de la obra fotográfica, como cualquier obra artística, puede ser compleja. Cuando nos encontramos con una artista como Sam Taylor-Wood (Croydon, Reino Unido, 1967), que trabaja como directora de cine, fotógrafa y, especialmente, como artista visual, la situación se complica. Máxime en un blog como éste que no puede mostrar bien la multiplicidad de visiones que exigen los montajes o los vídeos. Su obra no está particularmente dirigida hacia el desnudo por lo que intento entresacar los mismos – de carácter muy diferente – entre lo que me muestra Internet.


En «Wrecked» encontramos una clara referencia a la «última Cena» de Leonardo de Vinci:

«Third Party» es una instalación que proyecta circularmente siete videos con el título de «Soliloquy». Estos últimos han sido adquiridos, como obras fotográficas independientes, por varias colecciones museísticas. Los «Soliloquy» consisten en una figura de grandes dimensiones y en la parte inferior una o varias pequeñas fotos a modo de «predellas» renacentistas, presentas como una única fotografía de 360º.




En el Valle de la Muerte (Destricted) nos presenta un video desconcertate por su contenido erótico. Un actor porno se masturba en un paisaje solitario. Según las declaraciones de la artista, la obra no tiene ningún contenido pornográfico e intenta representar el mito bíblico de Onán, la fertilidad e, igualmente, la soledad del personaje. Plantea la relación entre pornografía y arte, entre la imagen de un sexo desprovisto de significado y aquella que implica un discurso intelectual. Podemos ver la obra en varias plataformas. Por ejemplo aquí.
Otro vídeo fundamentado en el desnudo es Brontosaurio, en la que bajo la música del Adagio para Cuerdas de Barber, se realiza una danza de muerte y de vida. Al mismo pertenecen las imágenes siguientes:

