Espiritualidad, abstracción geométrica dentro del mayor realismo, arte conceptual, minimalismo, blanco y negro. Posiblemente todos estos términos, usados en su conjunto, permitan una somera descripción de la obra de la artista Emel Karakozak (Mut, Turquía, 1974) quien declara:
«Todo está dirigido a comprender la totalidad. La vida y la muerte, que se describen simultáneamente en mi fotografía, son un ejemplo de mi expresión híbrida. La mujer no solo causa un milagro al dar a luz, sino que también tiene la capacidad de reconstituirse espiritualmente».
Y reitera estas ideas sobre su obra en otra entrevista publicada por la revista Monovisions:
» … ni la naturaleza ni las personas. Tiene una integridad y continuidad formada por una cadena continua. Todo está dirigido a comprender el todo. La vida y la muerte que se describieron al mismo tiempo en mi fotografía bipolar es un ejemplo de mi expresión híbrida «.
Emel Karakozak nos proporciona una visión espiritual de la mujer desde la propia óptica femenina, construyendo complejas estructuras, en las que prima la simetría, a partir de imágenes minimalistas y repetitivas de desnudos femeninos.