El fotógrafo holandés Erwin Olaf (Hilversun, Paises Bajos, 1959) es incuestionablemente uno de los maestros de la fotografía contemporánea. Su fotografía publicitaria aúna la captación directa de la imagen del foto-reportaje con una esmerada postproducción y le ha valido reconocimiento internacional pero, junto a la misma, tenemos también una obra en la que se incluyen numerosos desnudos, más desgarrada, que atiende a muchos problemas sociales. La sexualidad no está ausente. Por el contrario suele mostrarse de un modo duro e impactante, dando lugar a una fotografía que se ama o rechaza, pero que no permanece indiferente.
Sin connotaciones sexuales directas, crea en su serie «Chessmen» un conjunto de personajes fantásticos e incómodos que constituyen los elementos de un gran ajedrez.
Este mundo un tanto surrealista me recuerda al del fotógrafo Joel-Peter Witkin. Una visión algo más sexual la observamos en su serie «Squares» cuyo contenido se relaciona con la prostitución.
Más amable es, sin duda, la visión del desnudo que se muestra en «Skin Deep»:
Y vuelve a mostrase más violento en «Fashion Victims», un proyecto que sin estar constituido completamente por desnudos, muestra a los mismos en actitudes sexualmente provocadoras, asociando esta provocación a la violencia generada por la publicidad de las marcas.