En mi entrada anterior comentaba la obra gráfica del simbolista alemán Max Klinger. Posiblemente fue ésta su contribución más destacada a la historia del arte, pero no fue la única. El grabado dio progresivamente paso a la pintura y ésta a la escultura. Dentro de las primeras se aprecia la influencia de la pintura renacentista, de la que el artista era buen conocedor y admirador. La podemos observar en la siguiente crucifixión, con una admirable estructura compositiva:

Crucifixión de Cristo – Max Klinger
o en estas otras obras, menos interesantes a mi criterio:
En ocasiones dominan los elementos simbolistas-modernistas.
Su última etapa fue fundamentalmente escultórica, participando en la Secesión de Viena con su obra “Beethoven”. Como lo que muestro aquí es sólo la producción de desnudos, reproduzco lo poco que he conseguido, a este respecto, en Internet: