Entre las numerosas técnicas que desarrolló el genio de Picasso se encuentra el grabado. Voy a presentar aquí algunas muestras de la carpeta conocida como Suite Vollard, en honor a este marchante que se las encargó al artistas. Se trata de una serie de unos cien grabados realizados en los años 30 del pasado siglo, que no tienen un estilo o temática muy definido y en el que predomina la mujer y el Minotauro. De hecho se suelen clasificar en cuatro grupos: El taller del escultor, el Minotauro, Rembrandt y la batalla del amor.
Quizás en el conjunto exista un cierto predominio de la figura del Minotauro, muy utilizada por Picasso desde 1928. Un personaje mítico presentado tradicionalmente como un hombre con cabeza de toro y cola, que Picasso reinterpreta como un ser ambivalente que fusiona consciente e inconsciente, impulso sexual, fortaleza, y al mismo tiempo humanidad. No es la víctima de Tesseo sino que se muestra en la Serie como alegre, despreocupado y satisfecho de su sexualidad.
La obra bastante clasicista y sin influjo cubista se llevó a cabo durante un periódico crítico para el artista, recién divorciado de Olga Koklova e inmerso en sus conflictivas relaciones con Marie Thérèse Walter y Dora Maar.