Creo que cuando hablamos de Théodore Géricault (Ruan, Francia, 1871-1824) se nos viene a todos a la mente su obra “La balsa de la Medusa” considerada como el ejemplo más típico y notable del movimiento romántico. Sin embargo, junto a esas complejas composiciones no debemos olvidar su faceta de retratista en la que destacó pintando a personajes del mundo de los sanatorios mentales. El desnudo también tuvo relevancia.

El beso – Théodore Géricault
La mayoría de sus desnudos son masculinos, lo que no parece deberse a una inclinación homosexual del artista (dejó embarazada a una tía suya por lo que tuvo que abandonar Florencia) sino, posiblemente, por su gran admiración por la obra de Miguel Angel, que conoció durante su estancia en Italia. Su influencia en la composición de los cuerpos es notable.
Pese a que el romanticismo, con sus composiciones muy dinámicas, sus dramáticos paisajes y su luz singular, supuso una revuelta contra el neoclasicismo, pienso que estos hechos se ven mitigados en los desnudos de Géricault, algunos de los cuales me recuerdan (por la composición de la figura, no por la técnica) al célebre Patroclo de Ingres que ya comenté en una entrada dedicada a este autor.
Una obra notable de un pintor que murió muy joven a consecuencia de un accidente con un caballo, y que influyó notablemente en el estilo de su amigo Delacroix.
Buena entrada. Gracias por la información.
Me gustaMe gusta